martes, 21 de abril de 2009

Buen fin de semana para la fotografía


Don Héctor García, el Pata de Perro, durante la presentación de su biografía. Palacio de las Bellas Artes, ciudad de México. Fotografía: Arturo Ávila Cano. Año 2009.

El pasado fin de semana fue de celebración para la fotografía mexicana. El sábado 18 de abril, en el Centro de la Imagen, el buen amigo Jacob Bañuelos presentó su más reciente libro titulado Fotomontaje, del cual hablaré a profundidad en mi bitácora principal. Al día siguiente, domingo 19, se presentó en el Palacio de las Bellas Artes el libro Pata de Perro, biografía de don Héctor García, uno de los íconos de la fotografía de prensa en México.
La historia de don Héctor es compleja, interesante por demás. El nació en la llamada Candelaria de los Patos, en la Merced, barrio bravo, y de pequeño ejerció varios oficios para sobrevivir en ese ambiente. En una etapa de su vida migró a los Estados Unidos y por azares del destino llegó a la fotografía. Su gran maestro fue Don Manuel Álvarez Bravo.
Desde niño, Héctor fue un "pata de perro", sabía moverse bien en las calles y su curiosidad por conocer más allá de la puerta de su humilde vivienda, le permitió no sólo desplazarse bien por la ciudad, sino entrar a distintos ambientes sociales.
Héctor García ha trascendido con su obra fotográfica. Es una referencia obligada, tal como los Casasola, los Mayo o los Valtierra.

lunes, 6 de abril de 2009

Fotos de Josef Koudelka durante la invasión a Praga




Registros gráficos del movimiento de 1968 en México.



Poema de Octavio Paz con vista a la Plaza de las Tres Culturas.





Video instalación del artista belga Francis Alys (1997), donde de manera metafórica alude con un hato de ovejas que caminan alrededor de zócalo de la ciudad de México, el día en que los burócratas, obligados por el PRI -que no se nos olvide jamás-, fueron manipulados para asistir a un mitín de desagravio hacia la bandera nacional y la catedral metropolitana. De manera valiente, los burócratas manifestaron su respaldo al movimiento estudiantil y entraron al zócalo balando la frase: no venimos, nos traen.

Las fotografías que Josek Koudelka captó durante la invasión del ejército ruso a la entonces Checoeslovaquia, las podemos apreciar actualmente en el Centro Cultural Tlatelolco, de la UNAM. Esas imágenes tuvieron que salir a Nueva York, en la bolsa de algunos turistas, para que fueran conocidas por todo el mundo. Durante muchos años Koudelka negó la autoría de esas imágenes, hasta que a salvo en Londres, reconoció haber captado esas fotografías durante agosto de 1968.

Dos meses después, la paranoia de la CIA y el gobierno mexicano, culminó con la matanza del dos de octubre en la Plaza de las Tres Culturas, lugar donde ahora se alojan cientos de fotos del movimiento en México.

En este nuevo recinto de la Universidad Nacional, se expone la memoria social, política y cultural de lo que se vivió en 1968, y no sólo se menciona la mítica fecha del 2 de octubre, sino que se exponen los antecedentes, las causas y las repercusiones del movimiento del Consejo Nacional de Huelga, así como la intransigencia del gobierno federal (priísta) encabezado por un sujeto cuyo nombre nisiquiera vale la pena mencionar, en fin, un hijeputa más de todos los que nos han gobernado.

Lo importante es que uno visite con calma la exposición, sin prejuicios, sin ideas preconcebidas para tratar de formarnos un juicio personal sobre tan importante movimiento que cambió la relación entre gobierno y sociedad en México.

A mi modo de ver, lo importante de la exposición de Koudelka es el haber reflejado la indignación, la incredulidad, la desesperación y el dolor del pueblo checo al verse invadido por un país que consideraban "amigo", "aliado", por un imperio como el estadounidense que se abroga el derecho a decidir qué está bien y qué está mal.
Es importante que un pueblo decida su rumbo, determine la orientación de su economía como mejor le convenga, y no confíe en imperios que después se conviernte en tiranos de propios y extraños.